Número 9

NÚMERO 9 de Shane Acker.

En una época no muy lejana a la nuestra, un científico excéntrico logra inventar un cerebro. Un cerebro mecánico basado en el suyo propio, tan inteligente como él, pero sin un atisbo de alma. A causa de los guerrilleros que lo controlan el cerebro se vuelve malvado y termina tomando voluntad propia y creando sus propias máquinas que masacran a la humanidad y controlan el mundo en ruinas.

El inventor, viendo lo que ha hecho, justo antes de morir, crea nueve muñequitos de trapo (claras reminiscencias de Little Big Planet) con nueve partes de su alma en ellos, destinados a acabar con las máquinas; son el único resquicio de la humanidad que queda sobre la faz de la tierra.

Número 9 es el último en ser creado y junto a los demás vivirá grandes aventuras para derrotar a las máquinas y poblar (nadie sabe cómo) de nuevo el mundo; "el mundo será suyo, sólo hay que ver qué hacer con él".

La verdad es que es una película algo "extraña", si bien esto no es una sorpresa, dado su particular reparto, con Shane Acker como director, Tim Burton como uno de sus productores y Pamela Pettler (La Novia Cadáver) como guionista, el resultado no podía ser más esperable. Ahora bien, tiene de extraño lo que tiene de increíble. A mi entender es una buena película, con buena animación (ya que está toda hecha por animación), buena música y buenas tomas. La fotografía tiene un tinte muy tipo Burton y el ambiente es realista y credible. La historia es enternecedora y tierna, amén de divertida en algunos momentos, pero con un punto nostálgico en otros. Los personajes son tiernos y tan dispares que, sea como sea el espectador, siempre se acaba tomando cariño a alguno de ellos por alguna razón.

La trama mantiene la tensión hasta el final y la intriga. La historia está contada de tal forma que el espectador termina por meterse en ella y vivirla junto a los Nueve. El final es esperable, pero bonito y está tratado con delicadeza y ternura, lo que hace de la película un largometraje entretenido y claramente recomendable para todos los públicos.